Documentos de Archivo: Epidemias. Capítulo 1 «Las Fiebres Tercianas»

En un momento complicado como el actual, de pandemia global y desconcierto, provocado por el  COVID-19, conviene recordar que desde que el mundo es mundo todas las civilizaciones han estado amenazadas por plagas y epidemias de muy diferente origen, índole y calado. Unas más letales otras menos, pero todas han hecho estragos en la población, diezmando la misma, y dejando un reguero de pesadumbre,  sin importar quien ni cómo.

Entre la documentación que guarda el fondo antiguo del Archivo Municipal Consaburense se conserva el siguiente documento que presentamos a continuación fechado en 1803

📃Carta del médico 👨‍⚕️ titular de Consuegra por aquel entonces, Francisco Alabarda y Vivanco, dirigida al Alcalde de Consuegra, a quien alerta de las funestas consecuencias que puede acarrear el brote epidémico llamado *tercianas en la población si no comienzan a implantarse medidas eficaces, entre ellas la necesidad de ampliar la plantilla sanitaria, con la incorporación de otro médico, ya que el escribiente se siente impotente para poder hacer frente a tantos contaminados y ante una enfermedad tan letal.

Carta del medico titular de Consuegra sobre la epidemia de las Tercianas (Sig. AMC 219/013)

Informe del Doctor Don Francisco Alabarda y Vivanco sobre la epidemia de las Tercianas. Fecha: 27 de agosto de 1803.

El Dr. Don Francisco Alabarda y Vivanco, médico titular de esta villa de Consuegra, ante V.S con el mayor respeto expone: que en cumplimiento de su obligación lo es indispensable para los efectos que haya lugar hacer patente a V.S, la triste situación de este común a cometido por una parte de una cruel, y furiosa epidemia de tercianas sintomáticas, y por otra hallándose en la deplorable constitución estos infelices de no poder alimentarse, y menos sufragar los gastos de sus curaciones, es positivo que necesariamente se ha de seguir una catástrofe de la que perecerán muchísimos, e igualmente hace presente que atendiendo a la multitud tan extensa de pobres que tiene postrados la epidemia, y que es un hecho absolutamente imposible el llenar el cupo de mi obligación aunque es público y notorios que empleo doce horas en la visita, esto no obstante no dejo de discurrir que se cometerán algunas faltas involuntarias a causa de no poder alcanzar las fuerzas naturales de un hombre, a un trabajo tan excesivo, y queriendo que estos de ningún modo se les falte a la asistencia. En esta atención, a Vuestra Señoría ruego tome las providencias que le parezcan más útiles para socorrer a estos necesitados, pues de lo contrario quedan expuestos a los peligros que ya dejo insinuados. E igualmente las tome haciéndose cargo de mis reflexiones para la admisión de un segundo medico aprobado según la orden del Supremo Consejo de Castilla y de este modo podré satisfacer mi obligación y el público quedará mejor servido. Consuegra, y agosto veinte y siete del año mil ochocientos tres.

Firma: Francisco Alabarda.

Y es que tan importante es conocer la historia como comprenderla, porque es la única forma de no vernos condenados a repetir errores del pasado.

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